Lucía Boix es arquitecta municipal en Elda // L.Boix

Lucía Boix es arquitecta municipal en Elda // L.Boix

El deslinde es el acto formal de distinguir los límites de una propiedad. Este proceso, regulado por Ley, se inicia cuando un municipio lo decide, de acuerdo con el protocolo que ha puesto en marcha el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Lucía Boix Cayuelas es arquitecta municipal en el Ayuntamiento de Elda y antigua alumna del Máster en Valoración, Catastro y Sistemas de Información Territorial. En la actualidad, se encuentra en pleno proceso de deslinde en su municipio. Como desarrolla su trabajo en el área de urbanismo, utiliza con frecuencia los SIG. Entre las asignaturas del máster, Lucía destaca las de Catastro, Topografía y Geomarketing: “Me han resultado de gran utilidad”.

El Ayuntamiento de Elda se encuentra inmerso en un proceso de deslinde municipal, ¿en qué consiste?

Se trata de definir la propiedad del municipio con la revisión de los planos y actas de finales de 1800 y pasarlos a los sistemas de coordenadas actuales para volver a inscribirlos en el registro central cartográfico.

¿Cómo se lleva a cabo?

A partir de las actas oficiales inscritas, se hace un levantamiento de acuerdo con el protocolo establecido por el IGN. Se sale a campo para tomar coordenadas, se realiza  trabajo de gabinete así como un proceso administrativo por parte de la comisión de deslinde.

¿Quiénes forman parte de esta comisión?

La Ley establece que sean tres concejales, un perito y dos personas que por su avanzada edad y experiencia sepan dónde se sitúan los mojones. Se redacta el acta de replanteo, se va al sitio y, si está de acuerdo el municipio colindante, se firma un acta conjunta. Si no, se envía al IGN -de él depende el registro central cartográfico- para que decida cuál es la válida.

Trabajos de campo de deslinde /L.B

Trabajos de campo de deslinde /L.B

Una vez en el campo, ¿qué pasos se deben seguir?

Después de haber pasado las actas a coordenadas actuales, hay que desplazarse a campo con el GPS y la estación total. Una vez en el sitio, se debe determinar dónde están los mojones, tomar las coordenadas reales y compararlas con las de 1800. Con los nuevos sistemas de trabajo, las coordenadas obtenidas son exactas. Por tanto, se trataría de corregir los datos, redactar las actas, aprobarlas por pleno y enviarlas al IGN.

Como un registro de la propiedad, pero de la cartografía de los términos municipales.

Sí, pero aquí cuando no está claro puede haber problemas entre municipios. En el caso de Elda, linda con otros 5 municipios. El trabajo es minucioso, hay que ir línea por línea viendo los mojones. Si no existen, se deben tomar en campo. El proceso lo inicia cualquier ayuntamiento que tenga dudas en la división de los términos municipales.

¿Cuáles son las motivaciones habituales para iniciar el procedimiento?

Por ejemplo, en el caso de Elda y Petrer hay muchas dudas y algunas viviendas se encuentran en mitad de cada pueblo. Otro ejemplo es el de las canteras de Novelda que para este municipio son suyas y, para Elda, les pertenecen a ellos. De esto depende quién cobra el canon. También, las lindes influyen en cuanto a tributos como el IBI, en quién gestiona una rotonda o a quién pertenece un pantano.

Si un pueblo decide hacerlo, el resto tiene obligación. Pero, ¿qué pasa si no quieren?

Cuando un término empieza, los demás deben iniciar el procedimiento. Si decide no hacerlo, el IGN decidirá de acuerdo con las actas enviadas por el municipio que inició el proceso y quienes no hayan querido llevarlo a cabo deberán aceptar esta decisión.

¿Cuál es la mayor dificultad que encuentras?

El protocolo se aprobó en 2010. Por ello, como todavía es muy reciente, no tenemos ejemplos a seguir. También, resulta muy difícil ponerse de acuerdo con otros ayuntamientos porque no cuentan con personal con formación específica en topografía pericial y GIS.