Viendo los pequeños y asequibles frascos de especias que llenan las estanterías de supermercados, pocos se pueden imaginar que algunas de estas especias fueron el principal motivo por el que España y Portugal lucharon comercialmente durante la era de los descubrimientos. Esto llevó en último lugar a mover las voluntades necesarias para realizar la primera circunnavegación del mundo concebida por Magallanes. El precio de algunas especias en Europa era tal que, por ejemplo, los granos de pimienta se usaban como moneda. La imposibilidad de cultivar estos productos en el continente europeo, la distancia desde la que se traían y las dificultades de la ruta, que podía durar varios años, encarecían enormemente su precio, ya que debían pasar por múltiples vicisitudes y peligros, y pagar impuestos en numerosos puntos intermedios. A pesar de los resultados económicos aparentemente desastrosos de la empresa de Magallanes y Elcano (se emplearon tres años en la travesía y se perdieron cuatro de cinco naves, y más de doscientas vidas), simplemente con el clavo de olor transportado en las bodegas de la nao Victoria, se consiguió una rentabilidad final notable.

A comienzos del siglo XVI Portugal monopolizaba el comercio de las especias más valiosas traídas de Oriente gracias a sus sucesivas conquistas orientales, en la ciudad india de Goa (figura 1) en 1510, de donde procedía la pimienta, y en la ciudad de Malaca en 1511. Por este último puerto pasaban el clavo, la nuez moscada y la canela procedentes del verdadero origen de la riqueza: el Maluco o las islas Molucas. Los portugueses, con buen criterio, decidieron evitar intermediarios en el comercio del clavo y la nuez moscada e ir a buscarlos directamente a su lugar de nacimiento en las «islas de la Especiería», a las que arribaron en 1512.

 

Goa-Civitates Orbis Terrarum

Figura 1. Vista de la ciudad de Goa (India) en el atlas de ciudades, Civitates Orbis Terrarum, (1572) de Georg Braun y Franz Hogenberg

Fue precisamente Magallanes quien, debido a su experiencia navegando en los dominios portugueses en Asia, puso en duda la posición de las Molucas dentro del hemisferio que correspondía a Portugal según el tratado de Tordesillas. A causa de las insalvables dificultades en el cálculo de la longitud geográfica, que hacían imposible una estimación fiable de esta coordenada, y de lo profundo de la penetración portuguesa hacia el Este, Magallanes estaba convencido de que sus compatriotas habían traspasado la línea de demarcación entre España y Portugal al establecerse en el Maluco, y de que este archipiélago caía dentro del hemisferio español, con todo lo que eso significaba en términos comerciales y económicos. Puesto que la ruta hacia la especiería por oriente estaba vedada a los españoles por la exclusividad portuguesa acordada en Tordesillas, para España solo cabía llegar a esa fuente de enorme riqueza siguiendo la idea originaria de Colón, es decir, navegando hacia el Oeste. Ese fue el motor de la primera circunnavegación del mundo: alcanzar el Maluco por Occidente.

Antonio Pigafetta, uno de los dieciocho supervivientes de la primera vuelta al mundo y cronista de la expedición de Magallanes y Elcano, relata en su crónica cómo, «a fin de que Vuestra Ilustrísima Señoría recuerde las islas en las que crece el clavo, anoto las cinco: Ternate, Tidore, Mutir, Machian y Bachian». En efecto, en aquellos años no existían plantaciones de clavo en ningún otro lugar fuera de estas cinco diminutas islas del otro extremo del mundo, de ahí su incalculable valor. Pasarían más de dos siglos hasta que el botánico francés Pierre Poivre consiguiera robar pequeñas plantas de clavo de las Molucas, severamente custodiadas por los holandeses, y aclimatarlas para su explotación en otras colonias francesas, como la isla Mauricio. No sorprende, pues, la aparición de referencias destacadas a la especiería en la cartografía del siglo XVI (figuras 2 y 3).

Detalle Vespucio 1526

Figura 2. Imagen general  y detalle de un facsímil de la carta de Juan Vespucio de 1526, donde se puede leer «Ysola de Jilolo [una de las Molucas, junto a las cinco islas del clavo] es de maluco adonde naze lla espeziería et el clavo del rey de castilla». La bandera de Castilla reclama (erróneamente) la pertenencia del Maluco al hemisferio español. El original es propiedad de la Hispanic Society of America

Ortelius Molucas

Figura 3. Detalle del mapa India Orientalis, de Abraham Ortelius (1570). Junto a las islas de Gilolo, Tarenate, Tidore, Motir, Bachian y Machian, una leyenda destaca la importancia de las Molucas, «célebres por su gran abundancia en especias aromáticas que se exportan a todo el mundo». El secretismo y el escaso conocimiento del archipiélago durante el siglo XVI se reflejaba en una cartografía impresa bastante imprecisa de la zona

A pesar del esfuerzo invertido por la corona española en el dominio de las Molucas, éste nunca fue del todo conseguido por diversos motivos: la ruta por el estrecho de Magallanes resultó ser excesivamente difícil para la navegación, provocando multitud de naufragios; la pugna continua con los portugueses, bien establecidos en la zona y con mejores posibilidades de auxilio a sus guarniciones, hizo que los españoles se establecieran finalmente en las Filipinas en 1565. Para complicar aun más la situación, los holandeses llegaron a la Especiería en 1599, librando durante décadas una batalla por la hegemonía con Portugal y España.

Lentamente, los holandeses se fueron haciendo con el control del comercio de especias en las Molucas y, con su llegada y el liderago de la cartografía holandesa en el siglo XVII, comenzaron a aparecer los primeros mapas impresos (figura 4) detallados y a gran escala de las que un día fueron las islas más valiosas por metro cuadrado del mundo.

Figura 4

Figura 4. Moluccae Insulae Celeberrimae (1630). Willem Blaeu. Mapa detallado de las cinco islas del clavo, las más importantes económicamente del archipiélago de las Molucas

 

Marcos Fco. Pavo

Marcos Fco. Pavo Jefe del Área del Registro Central de Cartografía
Instituto Geográfico Nacional
Ministerio de Fomento