Seguramente si le preguntaras a alguien como encontrar una determinada edificación en una ciudad española te diría que necesita la calle y el número para ubicarla. La ordenación urbana de las ciudades españolas, salvo excepciones ya que de forma general cada ciudad puede dictar su propio sistema de numeración, sigue los principios siguientes: las calles se numeran en un lado los números pares (normalmente el derecho desde el comienzo de la calle) y los impares en el contrario. Las calles comienzan en relación de cercanía a un punto característico de casco urbano, como por ejemplo el ayuntamiento, un río o el mar (muy común en el caso de las islas).

Éste es el sistema que se utiliza de forma más común en Europa.

A no ser que estés en Florencia. En esta ciudad la numeración de las calles es algo más compleja ya que hay una numeración para las viviendas particulares y otra para los comercios que sólo se diferencian en el color del número. Las viviendas en negro y los comercios en rojo. Por tanto, en una misma calle, el número 15 negro (15 nero) y el número 15 rojo (15 rosso) no tienen por qué estar ni en el mismo edificio ni a la misma altura de calle.

Algo lioso sí, al igual que en Berlín donde siguen un sistema de numeración en herradura que consiste en iniciar la numeración en una acera de forma consecutiva y al finalizar la calle, cambiar de acera y continuar con la numeración en el sentido inverso de la calle, lo cual puede hacer que te encuentres con que estés en el número 10 y en la acera de enfrente tengas el número 298.

En algunas zonas de Francia y en Estados Unidos de América parece que el método que decidieron adoptar es el de numerar los edificios según la distancia del mismo al inicio de la calle. Puede ser práctico.

Pero para mi, el sistema más funcional sin duda es el que se usa en Argentina. En ciudades de relativa nueva planta como Buenos Aires, su ordenación urbana ha sido bastante ordenada, valga la redundancia, dando como resultado una distribución de las calles cuadriculada. La particularidad del sistema es que las manzanas (allí se denominan cuadras) miden 100 varas (unos 84 metros) con lo que cada manzana de una calle se le asignan números a las viviendas de la centena que le corresponde según si es la primera manzana desde el inicio de la calle, la segunda, etc. Es decir, la primera manzana tiene números del 1 al 100 (pares a un lado e impares al otro de la calle), la segunda del 200 al 299, y así consecutivamente. Esto hace que ciertas avenidas principales crucen todas las calles por una “altura” determinada pudiendo orientarte de una forma mucho más rápida y fiable. Además, si te encuentras en una determinada calle en el número 234 y has de ir al número 628 ya tienes claro que está a cuatro manzanas de distancia. A mi me parece muy fácil y práctico.

Como contrapunto está el sistema que consigue crear un desorden ordenado de edificios en una calle; éste es el sistema japonés: la numeración del edificio depende de cuando ha sido construida la edificación, con lo que no hay forma de saber a priori a qué altura de la calle está ubicado el número 3 o el 4 que a su vez pueden estar uno en cada punta de la misma. ¡La pesadilla de cualquier cartero!

Seguro que hay muchas más particularidades por el mundo a la hora de numerar las calles. Por ejemplo, ¿alguien sabe cómo funciona en este sentido Venecia? ¿Conoces alguna otra? ¡Ponla en los comentarios!

 

Miguel Ángel Maciá

Miguel Ángel Maciá Ingeniero Técnico Agrícola y Experto Universitario en Sistemas de Información Territorial, Catastro y Valoración, apasionado de la gestión y el tratamiento del agua y los Sistemas de Información Geográfica.Puedes seguirme en el blog: www.miguelangelmacia.es, en Twitter o en LinkedIn.